10 lecciones sobre cómo tratar con las personas
Desde siempre se ha dicho que el trato con el humano es el trabajo más difícil del mundo y no seré yo quien lo niegue. Los humanos somos complicados, incoherentes, orgullosos, oportunistas y la lista podría seguir hasta quedarme sin vocabulario pero hay ciertas maneras para mejorar el trato con las personas e incluso caerles bien.
Las siguientes lecciones pueden ser vistas maquiavélicas pero también pueden ser aplicadas con buena fe. Los consejos no son malvados, los humanos lo son.
Antes de mostrarte unas enseñanzas para tratar con las personas, quisiera aclarar una cosa:
Si quieres caer bien a todo el mundo, en algún momento, acabarás cayendo mal a la mayoría.
1. Las personas somos orgullosas y no hay nada que nos motive más que nuestros propios intereses
«Habla a alguien sobre ellos mismos y te escucharán durante horas».
2. La única forma de salir ganando en una discusión es evitándola.
«Evita las discusiones como si evitaras las serpientes de cascabel o los terremotos».
Daniel Carnegie explica que al «ganar» una discusión lograrás un triunfo vacío porque jamás obtendrás la buena voluntad del contrincante.
«Mejor es dejar paso a un perro que ser mordido por él» —Abraham Lincoln.
3. Mostrar respeto a las opiniones ajenas.
«Nunca le diga a una persona que está equivocada».
Dale Carnegie aconsejaba que nunca se empiece una frase con un Le voy a demostrar tal y tal cosa.
Este método erróneo hará que la persona se sienta ofendida y cerrará sus oídos antes de que comience la explicar. Y en el caso de que se tenga que hacer, que se haga con destreza, que nadie piense que lo está haciendo.
«A veces notamos que vamos cambiando de idea sin resistencia alguna, sin emociones fuertes más pero si se nos dice que nos equivocamos nos enoja la imputación, y endurecemos el corazón» —James Harvey Robinson
4. Es mejor reconocer el error antes de que la otra persona tenga el tiempo de decirlo.
«Si usted está equivocado, admítelo rápido y enfáticamente. ¿Acaso no es más fácil escuchar la crítica de nuestros labios que la censura de labios ajenos? Peleando no se consigue jamás lo suficiente, pero cediendo se consigue más de lo que se espera» —Dale Carnegui.
5. Consiga que la otra persona diga «Sí» inmediatamente.
Discutir no trae ningún beneficio, es más provechoso e interesante mirar las cosas des del punto de vista del interlocutor y hacerle decir «sí, sí».
Me explico mejor. Método de Sócrates:
El filósofo hacía preguntas con las cuales tenía que convenir su interlocutor. En sus preguntas ganaba una afirmación tras otra, Hasán tenía una cantidad de «síes» a su favor. Las preguntas seguían hasta que por fin, casi sin darse cuenta, su adversario había sido llevado a una conclusión que pocos minutos, antes hubiera rechazado enfáticamente.
«Quien piensa con suavidad va lejos».
6. Permita que la otra persona sea quien hable más.
Carnegie explica que al tratar hacer que los demás piense como nosotros, hablamos demasiado, lo cual es un error. El psicólogo aconseja dejar que la otra persona hable y si no estamos de acuerdo y tentamos a interrumpirla, que no lo hagamos.
No es productivo ya que no nos hará caso mientras tenga una cantidad de ideas propias que reclaman expresión.
7. Haga que la otra persona piense que la idea es suya. El autor aconseja que la mejor manera para proponer una idea es a través de sugerencias.
«Al hombre hay que enseñarle como si no se le enseñara, y proponerle lo desconocido como si él mismo lo descubriera en su interior» —Dale Carnegie.
«El sabio que desea estar por encima de los hombres se coloca debajo de ellos; el que quiere estar delante de ellos se coloca detrás» —Laotsé.
8. Muestra simpatía hacia los demás.
«Si es que existe algún secreto en el éxito, reside en la capacidad para tener el punto de vista de la otra persona y ver las cosas desde el ángulo de la persona, como si fuera el de uno mismo» —Henry Ford.
9. Sonreír a los demás.
Según Carnegie, sonreír es una herramienta hacia corazón de las personas. Sonreír es una muestra de simpatía y aprobación en los ojos ajenos.
10. Intenta dar sugerencias en lugar de dar órdenes.
Los humanos somos personas orgullosas y no nos gusta que otra persona nos diga qué o cómo tenemos que hacer un trabajo. Por esta razón, Carnegie aprendió que en vez de dar órdenes a sus subordinados, prefería guiarlos.
«Siempre daba la oportunidad a la gente de hacer las cosas por si mismos; él nunca le pidió a su asistente que hiciera cosas; y si se equivocaban, les dejaba aprender de sus errores».
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